Recorrido en espiral entre las obras de Joan Miró
- EDS
- 9 oct 2018
- 3 Min. de lectura
Si alguna vez pensé que los museos estaban hecho por las obras que se exponen, estaba errado. No existe una feedback y una manera de conectar con lo que el artista hace si no somos las personas las que habitamos los espacios expositivos las que conectamos e interpretamos la historia. Este fue uno de los primeros lugares donde nació el proyecto #MuseoHabitado sitio donde retraté personas junto a la obra del artista catalán Joan Miró.

Aunque vanguardista el edificio de la Fundación Joan Miró ubicado en la montaña de Montjuic dentro de la ciudad de Barcelona se ha convertido desde hace años en un clásico de la arquitectura.
Arquitecto
Josep Lluís Sert
Año de Construcción
1972-1975
Ubicación
Barcelona, España

Esta ubicación fue escogida por el artista y el arquitecto, entre varias propuestas de la ciudad. Se tuvieron en cuenta las características del Parque y su cercanía al casco antiguo de la ciudad, otros museos y restaurantes, con los cuales se comunicaba mediante funicular en aquel entonces. Se halla situado en uno de los rincones más antiguos de los Jardines de Montjuïc, Av. Miramar s/n, en Barcelona.

Sert y Miró fueron grandes amigos que compartieron el mismo interés por las artes populares catalanas, aportando un lado humano a sus obras. Exponiendo en ellas elementos similares recurrentes como el equilibrio, el espacio, el color, la luz, la materialidad y el gusto por la naturaleza.

Su composición volumétrica enriquece el espacio. Aportando internamente un dinamismo de niveles y creando de esta manera, salas amplias de doble altura con grandes cualidades de iluminación natural indirecta. Ofreciendo también patios externos, elementos de conexión entre las salas dotando de transparencia al conjunto.

La idea del recorrido y de la continuidad espacial es fundamental en el edificio. Existe una flexibilidad entre los espacios, tanto en las diferentes salas de exposición como entre los espacios exteriores, ya sean los jardines, los patios y las terrazas. Sert opta por una solución inspirada fuertemente por los trabajos de Le Corbusier, distribuyendo las salas de exposición alrededor de un patio central.

Permitiendo de esta manera un recorrido en espiral y una circulación en la que no hay necesidad de pasar dos veces por la misma sala de exposición. Además, conecta los diferentes niveles del museo y ofrece al visitante la posibilidad de admirar las obras de Miró desde diferentes ángulos.

La Fundación Miró revela una riqueza espacial singular por sus proporciones, flexibilidad e iluminación cenital de los espacios internos.


Se emplea al máximo la luz natural que penetra a través de los lucernarios y de los ventanales que dan al patio. La luz artificial está colocada en los mismos puntos que la luz natural, intentando imitar su efecto.

Esta está formada por varias salas completamente blancas que se distribuyen de forma centrífuga alrededor de un patio acristalado, de un patio central a modo de los que podemos ver en el “impluvium” romano, en los claustros medievales o en los palacios o casas catalanas, respondiendo a un modelo típicamente mediterráneo.

Dentro de una misma planta existen varios niveles conectados entre sí mediante rampas. Estas amplias salas con altos techos están cerradas con respecto al exterior pero abiertas hacia el interior de modo que siempre existe un contacto visual y espacial con el resto del conjunto.

Fuente: Plataforma Arquitectura
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