Paula Terán Ospina entre la investigación científica y creativa
- EDS
- 24 sept 2018
- 3 Min. de lectura
Su conocimiento en biología le ha dado un realismo único a la ilustración científica que practica. Sus trabajos editoriales le han permitido desarrollar varias técnicas creando personajes y mundos fantásticos. Actualmente viaja por Barcelona para realizar una maestría en ilustración creativa.

El mural de la sala de Paula Terán Ospina me recibía. Había llegado hasta su casa a pocas cuadras de la mía. No sabíamos que éramos vecinos, pero al compartir el barrio ya la sentía más cercana. El sol reflejaba sus grandes ojos claros tras sus lentes. Llevaba una pinta relajada. La gran pared verde de la sala la hicieron hace algunos meses junto a su novio Patricio Nardi, que ese momento estaba por salir a trabajar. Alcanzamos a conocernos unos segundos, hace tiempo lo seguía por su gran trabajo haciendo hermosos trazos sobre cuerpos de personas.

Paula me conducía a través de un largo corredor. Una de las paredes estaba siendo pintada por la pareja. La temática mexicana se repetía en: los almohadones de los sillones, máscaras, alebrijes y los colores que habían escogido para el mural de corredor.

Paula flotaba en su selva. Su espacio de creación había sido adaptado en dormitorio de su casa, cerca de sus mascotas que la acompañan el día entero.

Graduada de bióloga, Paula divide su vida entre la enseñanza, la ilustración científica y editorial. En su espacio se la sentía cómoda.

Desde niña Paula estuvo en contacto con las artes plásticas y la música, lo que le ha permitido desarrollar una sensibilidad única. Así como con los animales. Los cientos de escamas de una serpiente, hecha de una en una me hizo entender esa profundo trabajo de conocer el movimiento del animal, el tamaño y sus formas.

Paula estaba encargada de dibujar animales extintos para un registro científico, y para hacerlo obtenía características y fichas técnicas de investigadores. ‘Siempre me gustaron los peluches raros’ me decía, mientras fotografiaba a uno de sus búhos.

En su biblioteca resaltaban los libros de sus ilustradores favoritos. ‘Las reglas del verano’ de Shaun Tan fue uno de los que sacó de un estante para dejarme maravillado con la profundidad del lenguaje entre el poco texto y una expresiva ilustración. También me habló de varios ilustradores ecuatorianos, algunos de sus mentores a los que les tenía gran aprecio. ‘Si algo me han enseñado es a guardar mis dibujos originales’ - decía.

De su armario sacaba por grupos las ilustraciones cuidadosamente ordenadas de cada libro. ¿Dónde está la princesa? fue uno de los primeros que me enseñó. Su trabajo está enfocado a crear los ambientes de las mágicas historias de los libros para niños, jóvenes y adultos.

La posibilidad de trabajar con una firma editorial ha abierto el campo para probar varias técnicas y crear a infinitos personajes de maravillosos mundos.

Hace pocos días la artista había asistido a un taller para perfeccionar su trabajo con lápices de color y había pintado una pava del Cuyabeno, un animal que me había cautivado en mi viaje. Mientras Paula me daba los detalles sobre los polluelos que usan sus garras en vez de alas para poder escalar los árboles.

Las plumas de un pavo real se posaban cerca de un dibujo que P. Nardi le había regalado. Sin duda había una conexión con las aves.


‘Sal no seas tímida’, Paula intentaba sacar de la pajarera a Petunia una cacatua que había sido su mascota de hace muchos años. ‘Se acostaba en el hombro de mi papá’.

Paula reía contándome sus experiencia mientras ella parecía sentirse cómoda con las caricias.


En la sala junto a su estudio estaba Polka descansando sobre el sillón.

Era momento de irme habían pasado varias horas desde que Paula estaba presentándome toda su selva. Y parecía que podríamos quedarnos el día entero conversando. Con una gran sonrisa me despedía sin antes decirme ‘Quiero conocer al gato’. Y así fue.
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