Un edificio gótico de la ciudad de Barcelona acoge piezas de las primeras civilizaciones
- EDS
- 22 ago 2018
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Más de medio millar de piezas arqueológicas procedentes de Asia, África, América y Oceanía se exhiben en el Museo de Culturas del Mundo en los palacios góticos Nadal y Marqués de Llió de Barcelona.

Historia del edificio.
El Palacio del Marqués de Llió es uno de los más grandes del conjunto de palacios de la calle Montcada, situado en su fachada suroeste. De poca altura, sólo planta baja, planta noble y galería, se extiende desde la calle de la Barra de Ferro donde tiene fachada y hace esquina con la calle de Montcada, hasta el vecino Palau Nadal, a unos 35 metros de la esquina. En el extremo sur de la fachada se eleva la torre que sobresale un nivel por encima del resto del edificio.
Sus orígenes medievales se evidencian en la fachada principal, que conserva gran parte de los paramentos de finales del siglo XIII, y sobre todo por la estructura de casa gótica que mantiene el edificio, pese a las numerosas y sucesivas intervenciones. Del siglo XIV son la galería gótica del segundo piso y el excelente techo de vigas policromadas de las salas nobles de la primera planta, con fachada a la calle Moncada, trabajos ejecutados con la voluntad de demostrar pertenencia de clase y exhibición de poder económico, ya que las salas principales tenían esta función representativa y social. Los expertos datan la decoración de los envigados de 1315, año en que la finca es adquirida por Dalmau de Pontons, vicecanciller del rey Jaume I.

La colección.

La exposición permanente comienza en África con la cultura de los fang de Guinea Ecuatorial y el arte del antiguo reino de Benin, con figuras ceremoniales, figuras relicario, completadas con piezas de los pueblos dogon, yoruba, senufo, baule, bamama o bembe.

Completan la visión oceánica las antiguas esculturas de las cuevas del río Karawari, la pintura sobre corteza de los aborígenes australianos, un moai tangata y un pectoral rei miro, ambos del siglo XIX de la isla de Pascua.

Según ha explicado el director del museo, Josep Lluís Alay, el acuerdo de préstamo hasta 2018 con la University of Cambridge-Museum of Archaeology and Anthropology ha permitido incorporar a la exposición permanente quince objetos procedentes de la Polinesia, entre ellos "una maza apa'apai de Tonga, adquirida por el capitán James Cook y utilizada en danzas, luchas y como símbolo de estatus".


El área asiática está representada por dos salas dedicadas a Filipinas e Indonesia, respectivamente, y otras dos centradas en la India, que sirven para introducir el hinduismo y sus artes, con la mirada en las representaciones escultóricas de Visnu y Siva, desde el siglo V hasta el siglo XVI, como también en esculturas y elementos arquitectónicos de los siglos XVII al XIX.

La India da acceso a un espacio específico dedicado al arte de Gandhara, que permite aproximar al visitante tanto a la expansión del budismo por el Asia Central, como al arte indogriego de los siglos I-IV.

Las colecciones asiáticas continúan en la segunda planta del museo con un ámbito específico formado por las salas de Japón, China y Corea: cerámica del período Kofun hasta el arte de ukiyo-e de Japón, seguidos de una aproximación al arte chino -imágenes de lokapala, guardianes protectores de la ley budista- y de la evolución de la cerámica coreana, desde la edad de los metales hasta la dinastía Joseon.

La visita al museo se cierra con un recorrido por seis salas dedicadas a la América precolombina, partiendo de las figuras funerarias de cerámica procedentes de tumbas de Jalisco, Colima y Nayarit, elementos de la cultura del centro de Veracruz y las máscaras de Mezcala.

El espacio mesoamericano incluye a su vez un ámbito sobre la cultura maya y otro sobre el juego de la pelota, mientras que la América Central queda representada a través de una sala con cerámicas de la Gran Nicoya y de la vertiente atlántica-tierras altas de Costa Rica.

El itinerario concluye con una aproximación a las artes del área andina, que comienza con las figuritas de Valdivia de 3000-2000 aC y acaba con el imperio Inca. En el espacio americano destacan piezas como un cuchimilco, una figura masculina de Chancay (costa central del Perú) de los años 1000-1450; una camisa ceremonial de la cultura chimú (norte peruano) de los años 1000-1470.
Fuente: Agencia EFE / Las Piedras de Barcelona
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