Mo Vásquez dibuja plantas sagradas inspiradas en los azules del cielo
- EDS
- 12 oct 2017
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Los cielos son inspiradores. El verano se estaba acabando y MO Vásquez me había invitado a verle pintar. Las tardes se ponían grises y la lluvia no tardaba en caer para caotizar la ciudad. Quedamos en vernos una mañana para aprovechar las últimas horas con cielo azul. Esta vez MO estaba pintando un muro en el exterior del Parque Urbano Cumandá.
Al llegar la artista le daba los últimos detalles al mural que había tardado tres días en pintar.
Existe algo en lo más profundo de MO que genera una búsqueda y admiración por las plantas. En el mural, dos seres en escena. Una madre y su hijo cargaban floripondios sobre sus cuerpos.
Una planta nativa de los andes ecuatorianos que se caracteriza por sus poderes medicinales y espirituales.
La gran estructura había tomado color con la hermosa paleta inspirada en el cielo de verano de nuestra ciudad.
Mientras MO pintaba los últimos detalles un grupo de personas se ejercitaba en el piso superior.
El espacio ya habitado cobraba personalidad con el mágico mundo que Vásquez había pintado. Un planeta desconocido con símbolos de montañas, volcanes y plantas andinas, parecería ser su imaginario.
‘Portadores de Floripondios’ como se llama la obra, intenta crear interés y conciencia sobre las plantas nativas que cada vez escasean más en la ciudad y que poco o nada se las valora. Plantas que han sido importantes para nuestros ancestros y categorizadas como sagradas para las culturas indígenas que habitaban lo que ahora es Quito.
Los hermosos detalles en varias tonalidades de azules se deben a la técnica que MO utiliza para crear sus colores.
Entre pinturas comunes y tinturas secas traídas desde Perú que se mezclan con resina para lograr la consistencia y el color perfecto.
Los pinceles azules y la brocha le otorga características especiales a la obra.
Me contaba la artista que disfruta y se siente cómoda pintando de esta manera, aunque le tome más tiempo y esfuerzo.
Las tonalidades del cielo empezaban a tornarse un poco grises, casi pasaba el medio día y varios chicos de colegios cercanos caminaban hacia sus casas viendo la obra que MO estaba terminando de pintar.
Había acabado de fotografiar la obra y su mesa de trabajo me pareció que tenía una composición perfecta. “Me podría quedar todo el día pintando”- me dijo MO.
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