Vivir ·El Encierro· para crear

La Suerte y Apitatán
30 mar 2017
2 Min. de lectura

El Encierro es un experimento creativo de dos artistas quiteños, que trabajan desde sus propias estéticas. Teniendo en común la intervención del espacio público, la ilustración y la creación de sus propios personajes y universos.

En en este proyecto buscan un diálogo en sus gráficas que les permita encontrar un lenguaje en común. Para lograrlo están viviendo en el Project Room de Arte Actual Flacso, durante 5 días, día y noche.

*El afiche fue realizado por los artistas en conjunto

Durante estos cinco días se proponen intervenir la mayor cantidad de soportes posibles. Utilizando como medio muchos materiales de desecho que se pueden encontrar en la calle y una paleta cromática limitada.

La Suerte miembro del colectivo Fenómenos y del colectivo Minka Urbana, se dedica al street art desde hace más de nueve años, en donde su trazo inunda las paredes de las ciudades de Quito y el extranjero. En el 2010 recibió el premio en la categoría pintura mural, del “ARTAQ - Street Art Award”, en Francia; sus cuadros fueron parte de una exposición colectiva itinerante en Europa. En el 2014 fue parte de Amazon Color, en Seúl (Corea). Esta fue una muestra artística que daba a conocer el arte de los países amazónicos en Corea.

Priorizando el proceso antes que el resultado. Es por eso que durante estos 5 días de creación la gente puede visitar y ver algo del proceso de los artistas.

Apitatán es un pintor de historias cotidianas. Entre sus bocetos colecciona dibujos inspirados en retazos de conversaciones recogidas a su paso por la ciudad. Las escenas que interpreta en sus pinturas son un reflejo de la cultura latinoamericana, protagonizadas por personajes trazados con los filos geométricos del mestizaje. De miradas oscuras, dentaduras incompletas y risas desbordadas, estos antihéroes habitan su propio universo, rompen la estética estandarizada de los estereotipos con un sentido del humor intergerenacional y encuentran su belleza en la imperfección. Su presencia transforma espacios urbanos olvidados en espejos que nos recuerdan que reírnos de nosotros mismos nos hace mucho bien.