Juan Shapan, la inocencia de un espacio resguardado en el tiempo
- EDS
- 8 feb 2017
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El perro de Juan Shapan –diseñador gráfico de 23 años- trataba de salir a la calle mientras yo abría el maletero de mi carro. Nos saludamos a lo lejos. Juan vive en una ciudad satélite. Aparentemente lejos del ruido, pero conectado por una increíble vía que permite un ingreso rápido a la ciudad. Un gran parque central con todos los servicios alrededor, entre el clero y la comida popular, recrean un ambiente bastante familiar y tranquilo.
La parte frontal del primer piso está ocupado por el restaurante de la madre de Juan. Pasando un pequeño corredor llegué hasta el cuarto del artista.

Aunque el espacio era bastante reducido, parecía ser un sitio cómodo y con todo lo necesario para crear.

Si hay algo que encontré de similitud entre su espacio y la obra que produce es un toque de inocencia, oculta y guardada.

Los juguetes de niño que adornan el espacio de Shapan vuelven al sitio un lugar fantástico.

Estas piezas que se convierten en recuerdos de su niñez se mezclan con pedazos de arte que se ha ido quedando de su creación.

Aunque por el tema de espacio mantiene encargadas varias obras, asegura que las que mantiene en casa son objetos especiales. La primera vez que vi al artista fue en un Jam de dibujo donde practicaba junto a un grupo su lettering.

Juan ha estado experimentando desde hace mucho con el collage y tiene lista la colección para una nueva exposición que realizará en los próximos meses.

Shapan tiene como hobby coleccionar revistas viejas donde consigue el material para su obra.

Una instalación hecha con sorbetes se mueve colgando desde el techo.

En la carcaza de una vieja computadora mantiene instalado su auto retrato.

Otros objetos parecen guardar melancolía del pasado. Terminamos de ver sus collages y le pregunté si podíamos subir a su terraza. Desde ahí Juan me indicó la vista de la ciudad, los valles y ese hermoso parque central.

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