Límites de un cuerpo limitado: registro vertebral

Soy Maria Paula Arias Falconi. Joanita Paola

Escribo una especie de Declaración de Principios de mi Vida.

Pinto. Intento crear. / Puedo Soñar. Me duele el alma. Soy madre.

Tengo rabia. Amo. Soy un ser humano.

A mi me llamaron Paula Arias, pero yo necesito saber, por mi misma, quién soy.

Hoy tras las rupturas, fracturas y cicatrices, necesito construir quién es Paula Arias y quien va a ser. Necesito tomar distancia de mí mismo, he vivido 30 años y hoy me doy tiempo de sobrevivir el tiempo que me sea dado y construir lo que quiero para mi. Yo no estoy aquí para dar batalla a nadie. No soy la guerrera que me dicen, soy un ser humano, una mujer hecha al dolor, y al conjuro de las pasiones. Creo que lo pienso y siento tiene contradicciones, y esta, la maestra vida, la consejera del amor y el dolor, la partera de mis sentimientos, me permite decir, sin egolatría falsa, que no hay nada más hermoso que ser contradictorio, porque en ese debate interno, en la polémica que una misma siente en su interior, está la gestación profunda de mi devoción por el arte. Nunca aspiro a ser ejemplo para nadie, no quiero ser perfecta, no soy un emblema, para nadie, para nada. Solo quiero existir, ser yo, vivir, sobrevivir, amar, desear, buscar, bucear, maravillarme, asombrarme, putear, ruborizarme sin pedir permiso a nadie.

También siento mi necesidad de asistir a este taller como un motivo, casi excusa para salir, no solo de mi casa, sino de mi silencio, de mis gritos, de mi pesar, con la conciencia de que no busco terapeutas, sino destino.

Creo en la Compensación y en la Resiliencia, como vocablos que expresan un andar, un existir, siempre como fruto de la pasión, y jamás como destinataria de la compasión.

No quiero estar en un taller para socializar una obra solamente, sino para mirarme a través de los ojos y las miradas de otros, y ni siquiera importa que sean miradas fraternas. Pueden ser críticas, hasta crueles, pero lo que interesa es que sean observaciones humanas.

Tras las fracturas y rupturas en mi vida he llegado al tiempo de asumir una sentencia de Fernando Pessoa: “ “No estoy alegre, sino que ya me canse de estar tan triste”

La simbología es el vientre de mi propuesta y la pasión la forma de sobrevivir en el día y la noche, la dualidad del presente y la eternidad de la existencia y el universo.