top of page

David Santillán, trasfondos conectados

  • EDS
  • 13 jun 2016
  • 2 Min. de lectura

Siempre he pensado que las calles del centro parecen un “sube y baja” entre curvas y empinados graderíos. La topografía de Quito con sus desniveles privilegian a barrios altos con una increíble vista.

Esta vez estaba en la Tola Alta, había quedado con David en conocer su taller. Era un día de esos que el sol le pone al cielo un celeste intenso. Las típicas casonas coloniales contrastan con una estructura de líneas rectas del barrio tradicional. Llegamos hasta el parqueadero de su estudio. Junto a un piano viejo una escultura de madera, representaba a Jesucristo alado con su mirada perdida.

Un patio central me daba la bienvenida. El arquitecto, Luis López, había concebido el interior del edificio abstrayendo la distribución de una casa colonial. A esto le sumó elementos que aporten a una vivienda tradicional.

La vista es la primera impresión del estudio de Santillán. Una doble altura permite la entrada de luz a todo el loft. Caballetes, lienzos y pinturas, distribuidas en el área social. Un sistema de rieles le permite mantener sus obras y exponerlas al mismo tiempo.

Hablamos sobre la evolución de su arte. Me mostraba un libro con el compendio de años de carrera. En su discurso un hilo se iba tejiendo con otro. Aunque su obra tenga diferentes temáticas, entendí que su arte tiene trasfondos conectados de lo terrenal a lo poético. Una dualidad de trascendencia o transformación. Satírica y real.

Obras con tinte político con un fino sarcasmo provocó sinceras risa. Hablamos sobre el arte político y su impacto.

La distribución permite un recorrido claro del espacio. Los muebles triangulares de cocina se adaptan a la forma de la estructura metálica, las tuberías expuestas generan una sensación de espacio industrial mientras que las gradas voladas provocan liviandad y transparencia.

Una silla Eames hace parte de la “oficina” de Santillán. Un bodegón barroco tallado en madera y tablones de la Iglesia de San Francisco que iban a ser desechados en su reconstrucción, fueron recuperados por el artista.

La doble altura del patio central provoca protección y a su vez paz.

En el piso alto, el artista ha adecuado un sofá-cama y un escritorio reciclado de los tablones del piso de la misma iglesia. Algunas obras y mobiliario conseguido en sus restauraciones adornan el espacio privado.

Unas esculturas afectadas luego del terremoto, encargadas a Santillán para su restauración, cohabitan bajo las gradas.

Una serie sobre el terremoto se refuerza con la poética paisajística del Parque Itchimbía.

Entre los ojos de los “santos”, una escultura hiper realista de una mujer desnuda me despide.

Su cara de placer se mezcla entre la inmutable expresión de sus semejantes. “La encargué a un amigo imaginero, se planeaba hacer un serie grande, pero hizo solamente una. Era pecado según él” – dice.

 
 
 

Comentarios


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page